Las personas mayores o dependientes requieren de una variedad de servicios profesionales, dependiendo de sus necesidades individuales. Es importante señalar que la necesidad de estos profesionales varía según la situación individual de cada persona mayor o dependiente. Algunos necesitarán más intervención de unos profesionales que de otros. La clave es un enfoque integrado que considere todas las necesidades de la persona.
Especialistas en el cuidado de adultos mayores. Evalúan, diagnostican y tratan enfermedades y condiciones comunes en personas mayores, además de proporcionar recomendaciones sobre medicamentos y terapias.
Ayudan a restaurar y mantener la movilidad y fuerza, ofrecen terapias para dolencias musculares y articulares y dan recomendaciones para el ejercicio y la actividad física.
Tratan trastornos del habla, lenguaje, voz y deglución. Ayudan a las personas con problemas de comunicación o con dificultades para tragar.
Ayudan a las personas mayores a mejorar su capacidad para realizar tareas diarias, adaptando su entorno y enseñándoles técnicas para maximizar su independencia.
Asesoran sobre dietas y nutrición, elaborando planes de alimentación adecuados para las necesidades específicas de las personas mayores, teniendo en cuenta condiciones de salud como diabetes o hipertensión.
Tratan problemas emocionales y mentales en personas mayores, como la depresión o la ansiedad, y ayudan en el manejo de la demencia y otros trastornos cognitivos.
Proporcionan apoyo en asuntos relacionados con viviendas, servicios sociales, recursos comunitarios y asesoran a las familias sobre el cuidado y las opciones disponibles.
Se especializan en el cuidado de los pies, tratan afecciones como callos, uñas encarnadas y proporcionan recomendaciones sobre calzado adecuado.
Evalúan y tratan problemas de visión. Mientras que los optometristas se centran en exámenes de la vista y corrección con gafas o lentes de contacto, los oftalmólogos pueden realizar cirugías y tratar enfermedades oculares más complejas.
Diagnostican y tratan problemas auditivos. Ayudan en la selección y adaptación de audífonos y otros dispositivos auditivos.
Asesoran sobre medicamentos, posibles interacciones y efectos secundarios. Pueden realizar revisiones de medicamentos para asegurar que los regímenes de medicación sean seguros y efectivos.
La salud bucal es fundamental. Las personas mayores pueden necesitar prótesis, tratamientos específicos o atención regular para mantener una buena salud dental.
Evalúan las necesidades de movilidad de una persona y recomiendan dispositivos o cambios en el hogar para facilitar la movilidad y prevenir caídas.
Ayudan con las tareas diarias, como bañarse, vestirse, comer y la limpieza. No tienen la capacitación médica de las cuidadoras, pero son esenciales para mantener la independencia en el hogar.
Pueden ser enfermeras registradas o practicantes, y proporcionan cuidados de salud en el hogar, administran medicamentos, curan heridas y monitorean la salud general.
Se encargan del corte, coloración y peinado del cabello. En el caso de las personas mayores o dependientes, una visita regular a la peluquería o un servicio a domicilio puede ser vital para su autoimagen y bienestar emocional.
Proporcionan servicios de cuidado de la piel, manicura, pedicura, masajes y otros tratamientos de belleza.
